El oído, uno de los cinco sentidos que aprendemos a reconocer en alguna clase de primaria. Lo representamos con la figura de la oreja, y también aprendemos a atender por nuestro nombre si nos llaman. Los medios como la televisión y la radio, con sus bocinas dibujadas, nos indican que la propagación del sonido llega hacia mi cuerpo, mi oreja, y reacciono: bailo, me enojo, me entretengo, me informo y demás. El sonido, lo que tratamos de interpretar y dar sentido; el ruido, aquello que nos molesta o un sonido atemporal, sin ritmo, resultado de una cazuela que cae, de una silla que se mueve, la lavadora a lo lejos, la licuadora triturando el hielo. Vaya: ruido vs sonido. La definición quedará desde nuestras perspectivas. Hablo de esto por dos motivos. El primero, es que mis recientes lecturas e intereses van sobre esta línea. Y el segundo, es porque me he encontrado molesta cuando mi oído se satura de un ruido o sonido que no emana de mi, de mis...