Si he de florecer un solo día, que sea con fuerza y con fe. Mujeres de mi corazón: Desde la palabra, con la incertidumbre y la necesidad de llamarles, convoco que me tengan presente en sus manos y su voz. Desde aquí, convoco el fuego que iluminó el camino de nuestras ancestras. Ese fuego que tenían en los ojos cada que se hacían más sabias. Convoco a la sabiduría de nuestras abuelas, hermanas, tías que ya no están, pero que nos dejaron cuadernos llenos de notas mágicas, de historias propias, de conocimiento herbolario. Convoco reconociendo y abrazando aquellas veces en las que las mujeres que me precedieron, lloraron, rieron, estuvieron confundidas, entendieron el coraje, le dieron salida de sus cuerpos. Convoco la fuerza con la que ellas rebelaron a más mujeres el calor que había en sus manos para curar, para sanar y conocer sus dolencias. Llamo para que esas mujeres que ya no están, pero que en el corazón me acompañan, me presten sus ojos, su capacidad se asombrarse por los descubrim...